23 de octubre de 2005

Sobre la conveniencia de los topos

I
La entrada a la ciudad de cristal
está custodiada por las sombras;
hay que buscar tras lo opaco.

No nos ayuda que en los días
de este octubre con minúscula
el viento quiera jugar a mostrarnos
la futilidad de los meteorólogos.

II
La entrada al baldío infame
está custodiada por dos dobermans,
hay que quedarse quietito y esperar
que no huelan el miedo.

III
La ciudad está dentro del baldío.
El baldío es una sombra puesta
a imaginar en su tiempo libre.
La ciudad fue la que creó las sombras
para que la custodien.

IV
El baldío es extenso, casi enorme.
En cambio, diminuta, la ciudad
es casi una anti-distancia.

V
"La distancia es lo que nos hace
sentir que existimos", me recordó
Valerio, mientras me mostraba
una rata asesinada por las
17 pulgadas (perfil bajo) que hacen andar
a un auto sobre los adoquines.

VI
El baldío está habitado por ratas.
Algunas se convierten en topos
y husmean bajo las sombras.

1 Comentarios:

Blogger Suarez dijo...

Desconocía este blog: la cadencia del interior y de la "Argentina profunda" (perdón por el lugar común) se respira en cada verso (o en cada post). Muy saludable, te felicito.

lun nov 14, 03:37:00 p.m.  

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