14 de febrero de 2006

Tras la tristeza.
No lo se.

Juntar las cosas y darles un orden.
Poner las cosas unas sobre otras.
Agarrar y ponerse uno por sobre las cosas.
Para eso sirven las cosas.

Es esa lejana idea
de que nada hay,
ni lejos ni cerca.
Que nada hay.

Tras la corteza.
Ya no se ve.

Mirar las cosas y descomponerlas.
Abstraer lo que es central a las cosas
y, otra vez solo, sólo ver la periferia
de las cosas. Para eso sirven.

Es el dolor
que se acerca
degustando
el olor
a cosa suelta.

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